martes, 12 de octubre de 2010

Adiós.

Aquella inquietante noria que mi imaginación creó,
reflejando mi angustia, ansia y dolor,
ha parado de girar;
parece que a mis nervios a flor de piel,
les ha llegado el otoño;
que lo que parecía el fin del mundo,
no fue más que un capítulo que no obtuvo final feliz,
con las circunstancias, con los momentos,
con la persona que esperaba;
es entonces cuando tu mente queda en blanco y ausente,
por un tiempo,
cuando miras a tu alrededor,
y no ves más que una noria.

Pero pasa el tiempo, y el dolor se apaga, desaparece,
y abres tu mente,
de nuevo, sin miedo, y, sin más, ocurre.

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