Acércate a mí sin miedo, paso a paso, beso a beso;
miénteme haciendo que crea que yo soy tuya
y tú eres mío;
que el tiempo no existe para nosotros;
que el placer no es un arte prohibido;
enséñame lo que no sé,
lo que me queda por aprender,
que yo seré la aprendiz de tus besos,
la aprendiz de tus esquinas;
y haré cuanto de mí dependa para no despertar,
para hacerte sonreír y soñar conmigo.
Abrázame fuerte y no me sueltes,
hasta que el severo "tic-tac" actúe sobre nosotros
y las palabras y los actos vuelen con el viento y desaparezcan,
sin dejar rastro.
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